Fundación Patronato Avemariano de Granada
- Pessoa coletiva
- 28-02-1949-
Fundación Patronato Avemariano de Granada
Beatificado 25 de marzo de 2017 en Almería, ciudad donde fue martirizado. Sobrino de don Andrés Manjón y natural de la localidad de Ayoluengo, fue docente en las escuelas del Ave María de su tío en Granada, donde le sorprendió la persecución religiosa de comienzos del siglo pasado.
Nació el 1 de junio de 1880, hijo de Cristóbal Arce Hidalgo y Luisa Manjón González. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento en la iglesia parroquial de san Mamés de su aldea burgalesa natal. Sobrino del célebre padre Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, la influencia de su tía resultó esencial en su vida.
Estudió primeramente en Quintanilla Escalada, hasta que su tío lo condujo al Colegio Seminario del Sacro–Monte en la ciudad de Granada. Allí fue discípulo de los beatos Diego Ventaja Milán y Manuel Medina Olmos, compartiendo cuidados con el siervo de Dios Juan Garrido. Ordenado presbítero el 28 de mayo de 1904, celebró su primera misa en la capilla del Colegio del Ave María de Granada el 10 de junio. Profesor del Colegio Seminario de Maestros de Granada desde 1905, dos años después se licenció en Teología y fue nombrado capellán del Sacro–Monte. En 1908 su tío le confío la dirección del Colegio – Seminario de Maestros.
A inicios del mes de julio de 1936 coincidió con su buen amigo el beato obispo de Guadix en la ciudad de Granada, con motivo de la apertura del proceso de beatificación de su tío. Al regresar el beato don Manuel Medina a Guadix, Segundo Arce no quiso abandonarlo, ante el cariz que tomaban los acontecimientos. En la ciudad accitana les sorprendió la persecución religiosa, confesándose mutuamente el 25 de julio. Detenidos dos días después, fueron brutalmente trasportados a Almería y sufrieron prisión con el beato Diego Ventaja Milán.
A sus 56 años, separado de los obispos, padeció el martirio en el pozo de la Lagarta.
Centenario de la muerte de Don Andrés Manjón Y Manjón
1923 es el año del Centenario de la muerte de Don Andrés Manjón, sacerdote y pedagogo español y e fundador de las Escuelas del Ave María.
El pasado 1 de diciembre tuvo lugar el acto de apertura en el Paraninfo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada.
Actividades programadas a lo largo del curso 2022/2023 :
PROGRAMA DE ACTOS DEL CENTENARIO DE LA MUERTE DE
DON ANDRES MANJÓN (1923-2023)
NOVIEMBRE 2022-NOVIEMBRE 2023
ACTIVIDADES PREPARATORIAS
1) Ciclo de Conferencias organizadas por la Universidad de Granada, UGR, en la
Madraza y curso a profesores noveles del Ave María dirigido por el Patronato,
curso 2021-2022.
2) Inauguración de una placa cerámica conmemorativa de Don Andrés Manjón en
el Claustro de la Abadía del Sacromonte, 30 de noviembre de 2021.
3) Creación del IPAM (Identidad y Pensamiento Avemariano), mayo 2022.
4) Actos pre centenario del Ayuntamiento de Sargentes de la Lora (Burgos), julio-
agosto de 2022.
5) Homenaje a Don Agustín Escribano y a Don Segundo Arce Manjón,
avemarianos discípulos de Don Andrés y víctimas de la violencia fratricida en
1936, mayo 2022.
6) Entrega a la UGR de un retrato de Manjón con traje académico destinado a la
sala de Grados “Andrés Manjón” de la Facultad de Ciencias de la Educación.
7) Conferencia en la Universidad de Córdoba, Facultad de Educación, sobre la
figura de Manjón, Septiembre 2022.
8) Acondicionamiento del Archivo y la Casa Museo “Andrés Manjón”.
9) Gestiones preparatorias con los ayuntamientos de Granada, Sargentes de la
Lora, Diputación de Burgos, Casa de Granada en Burgos y otras entidades
(Asociaciones de antiguos alumnos, AMPAS, Obra social P. Manjón, Escuelas
del Ave María de Málaga, Congregación de Religiosas “Avemarianas”, etc.).
10) Acciones de programación con las Universidades de Granada y Burgos.
11) Elaboración de materiales didácticos.
ACTIVIDADES PREVISTAS EN EL CURSO 2022-2023
1) 30 de noviembre, 2022: Homenaje público/ofrenda de la ciudad de Granada y
la Institución al Fundador en el Paseo “Padre Manjón” con asistencia de
autoridades, Patronato Avemariano, alumnado, profesorado, asociaciones de
antiguos alumnos, etc.
2) 1 de diciembre de 2022, 17:00 horas: Acto de apertura e inauguración oficial
del Centenario en el Paraninfo de la Facultad de Derecho e inauguración de
placa conmemorativa
3) Tres eventos en Teatro “Isabel la Católica” de Granada:
OTRAS ACTIVIDADES
1) Viaje Sargentes de la Lora (Burgos), localidad natal de Don Andrés Manjón,
Junio 2023.
2) Peregrinación a Santiago de Compostela (2ª quincena julio 2023) para venerar
la tumba del Apóstol y visitar la Universidad donde Manjón fue catedrático
antes de su traslado a Granada.
3) Espectáculo conmemorativo con artistas del Sacromonte (fecha pendiente).
4) Emisión de sellos de correos y billetes de lotería y de la ONCE conmemorativos
con la imagen del Centenario.
5) Difusión de los actos del Centenario entre los 44 Colegios existentes en toda
España denominados “Andrés Manjón, “Padre Manjón” o “Ave María”.
6) Proyectos y acciones sociales del Fondo Solidario Avemariano.
7) Difusión de los actos del Centenario por el Gabinete de prensa e información
del Ave María
8) Curso sobre Manjón en el CEP (13, 20 y 27 de abril) para docentes de Religión
de centros públicos.
9) Concierto de la Banda-Unidad de Música “Ángeles-Granada” de la
Archicofradía de la Virgen del Rosario de Granada, (octubre de 2023).
La organización y el gobierno de un municipio deben tener una sede acorde con su importancia. En pleno centro histórico de la ciudad, muy cerca del Corral del Carbón y de la Plaza Bib-rambla, se alza el Ayuntamiento de Granada.
El cabildo de la ciudad, se creó en mayo de 1492, tras la rendición de Granada a los Reyes Católicos. En un principio tuvo su sede en La Madraza, aunque posteriormente se trasladó al edificio que ocupa en la actualidad.
Andrés Manjón y Manjón (Sargentes de la Lora, 30 de noviembre de 1846 – Granada, 10 de julio de 1923) fue un sacerdote y pedagogo español.
Hijo de Lino y Sebastiana Manjón, una familia de origen humilde, fue educado por su tío, párroco de Sargentes, y por su madre, quien lo indujo a ir a la escuela y recibir la enseñanza básica.
Aunque él era reticente a ir a la escuela, siempre demostró grandes cualidades para el estudio, cosa que sus padres y su tío vieron y deciden guiar sus pasos hacia el sacerdocio. Así que en verano de 1858, Andrés comienza los estudios de latín. Fueron unos años difíciles debido a la dureza con que se aplicaban sus profesores con él, así que Andrés tuvo tentaciones de volverse al campo.
No obstante, en 1861, su tío lo lleva al Seminario de Burgos, donde tras mucho trabajo y enfrentamientos, supera el primer curso con excelentes calificaciones. Sus sucesivos estudios fueron de Filosofía y Derecho, también con un resultado magnífico.
A los 26 años, terminados los estudios, llega a Valladolid, donde ejerce la docencia por poco tiempo. En la Universidad de Salamanca ocupa la Cátedra de Derecho Romano. En 1874 llega a Madrid al Colegio San Isidoro y continuó sus estudios en la Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1878, gana por oposiciones la cátedra de Disciplina Eclesiástica en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1880, y tras una vacante, le conceden la misma cátedra en la Universidad de Granada, ciudad en la que vivirá el resto de sus días.
Es elegido por el cabildo de la Abadía del Sacro Monte para dar la asignatura de Derecho Canónico y por entonces decide encaminarse al sacerdocio. El 19 de junio de 1885 se ordena sacerdote y es nombrado canónigo de la Abadía.
Un día, a finales de 1888, cuando pasaba ante una de las cuevas en el Sacro Monte, oyó a unos niños recitar el Ave María, lo que le llevó a iniciar su obra pedagógica con aquellos niños, acompañando en un principio a la maestra que les enseñaba. Allí mismo funda las Escuelas del Ave-María, su obra capital, a las que les dedica todo su dinero, su empeño y su tiempo. Allí comenzó don Andrés Manjón su obra revolucionadora de los métodos pedagógicos.
El proyecto avemariano lo trasladó a su pueblo natal. En 1918 había escuelas del Ave-María en 36 provincias españolas. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo. Fundó, además, el “Seminario de Maestros” para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María: “no hay escuela sin maestro”. Manjón daba mucha importancia a la formación de los maestros, pues decía que el maestro podía ser formador o deformador de caracteres. La inauguración del seminario de maestros tuvo lugar el 12 de octubre de 1905. Fue una obra muy querida por él.
Durante los primeros años de su estancia en Granada escribe un tratado sobre Derecho Canónico, considerado uno de los mejores de su época. Escribe, a lo largo de su vida, muchas obras (más abajo se señalan algunas) de carácter pedagógico, al servicio de la educación y de su ministerio sacerdotal, con un estilo carente de florituras, sin alardes de erudito. Todos ellos están llenos de sencillez y claridad.
En 1900 es nombrado Hijo Predilecto de Granada y en 1909 Hijo Predilecto de la Provincia de Burgos. Su humildad hacen que no asistiera a ninguno de estos actos. Don Andrés mereció los elogios como persona responsable, sencilla y seria desde su juventud, fue profesor concienzudo y sacerdote humilde y ejemplar. Su personalidad sobria, hizo que los honores que en vida le rindieron, no hiciesen mella en él.
Al morir fue enterrado en una sencilla cripta en la capilla de la Casa Madre del Ave-María. En su lápida están escritas las letras “A M” que rubrican su vida humilde y sencilla
Gómez Ocaña, José. Málaga, 28.X.1860 – Madrid, 26.VII.1919. Fisiólogo experimental.
Nacido en el seno de una familia de clase media, su padre fue capitán de carabineros y posteriormente comisario de ferrocarriles en diversas poblaciones de Andalucía, puesto del que se retiró pronto para regresar a Aguilar de la Frontera (Córdoba), su pueblo natal. Allí estudió José Gómez Ocaña la escuela primaria, para trasladarse a Málaga a estudiar el bachillerato en el instituto. A los dieciséis años, marchó a Granada con su familia para realizar en la Universidad los estudios de Medicina. En la Facultad de Medicina de Granada contó con el magisterio de un importante plantel de maestros, como Eduardo García Carrera, Aureliano Maestre de San Juan, López Mateo, Juan Creus, López Argüeta, Eduardo García Duarte, Amado Salazar, Benito Hernando y Castillo Lechaga. Aunque apenas recibió una formación sistemática y experimental en Fisiología, dado que la cátedra estaba vacante durante sus estudios, fue alumno interno por oposición supernumerario y numerario pensionado. El mismo año en que alcanzó la licenciatura, en 1882, obtuvo el Premio Extraordinario y el claustro de la Facultad le propuso para la Cruz de Isabel la Católica, que le fue concedida el 23 de enero de 1883.
Una vez graduado, comenzó su vida profesional como médico rural en el pueblo de su padre, Aguilar de la Frontera, aunque su vocación universitaria pronto le llevó a abandonar la práctica médica e inclinarse más hacia una carrera académica y con una clara vocación de investigador experimental. En aquellos primeros años de vida profesional, ya mostró una clara afición por la literatura clásica, que conservaría hasta los últimos años de su vida, en que publicaría numerosos estudios sobre la obra cervantina. En 1885 se trasladó a Madrid para ocupar una plaza de ayudante de clínica y al mismo tiempo iniciar la preparación de las oposiciones que se habían convocado para cubrir la cátedra de Fisiología de la Universidad de Cádiz. En mayo de 1886 ganó el concurso y se incorporó a la docencia universitaria de la Fisiología, y permaneció ocho años en el Claustro de profesores de la Universidad gaditana. Ya en esa primera etapa de acceso a la docencia universitaria, Gómez Ocaña inició una línea de investigador de laboratorio y docente de la Fisiología, en claro contraste con la atonía experimental y el talante libresco de la Fisiología académica española. Montó su pequeño laboratorio, a pesar del aislamiento científico y de la escasez de recursos. Fue durante su estancia en Cádiz cuando publicó las primeras monografías sobre fisiología de la circulación y sobre el funcionamiento del cerebro e inició también sus primeras experiencias sobre la fisiología del tiroides. También publicó varios artículos en revistas de Medicina de prestigio como La Crónica Médica, de Valencia, o la Revista de Medicina y Cirugía Práctica, de Madrid. También publicó una serie de artículos de síntesis en la Gaceta Médica de Cádiz (1883-1884).
En 1894 obtuvo, tras un concurso de méritos, la cátedra de Fisiología de la Universidad de Madrid, de la que fue titular hasta su muerte en 1919. Allí pudo continuar con mejores medios su labor académica y contribuir, de modo determinante, a la consolidación de la Fisiología experimental en España. En la capital del reino alcanzó también una notable presencia pública e incluso en algunas etapas de su vida se asomó al mundo de la política, siempre desde una posición liberal y progresista. Tras su llegada a Madrid, se consolidaron en España dos grupos de investigación con vocación de internacionalidad en el dominio de la Fisiología experimental: uno en Madrid y otro en Barcelona. En ambas ciudades nacieron y se fueron configurando sendas escuelas que alcanzarían un nivel científico más que aceptable durante las primeras décadas del siglo xix. Sus cabezas visibles fueron primero José Gómez Ocaña, en Madrid, y Ramón Turró, en Barcelona. Más tarde les sucederían Juan Negrín y August Pi i Sunyer.
Sus primeros trabajos de investigación estuvieron consagrados al estudio experimental del sistema nervioso, una de las líneas que seguiría a lo largo de toda su labor científica. El mismo año de su traslado a Madrid, publicó varios trabajos sobre los centros visuales del cerebro y sobre los ganglios automotores cardíacos y en 1895 aparecieron dos monografías suyas dedicadas al estudio del tiroides y a las localizaciones de funciones cerebrales en perros. Ese mismo año publicó artículos en varias revistas madrileñas sobre el gobierno nervioso de la nutrición, los centros ópticos del cerebro y las secreciones internas. Vemos, pues, que los dos sistemas de regulación funcional, el sistema nervioso y el sistema endocrino despertaron en Gómez Ocaña un interés fundamental. No andaba desencaminado, puesto que la fisiología nerviosa y endocrina eran los dos principales territorios de investigación en la transición de los siglos xix al xx. A su monografía sobre el tiroides sucedió en 1896 su gran obra de síntesis, la Fisiología humana teórica y experimental, que gozó de una amplia difusión y alcanzó cinco ediciones a lo largo de las dos décadas siguientes. Durante los últimos años del siglo xix, Gómez Ocaña publicó un buen número de trabajos de índole experimental acerca de las localizaciones cerebrales, la fisiología de la visión, las cápsulas suprarrenales y el tiroides, en diversas revistas médicas y en los anales y boletines de algunas de las instituciones científicas de las que era miembro: la Real Academia de Medicina, la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la Asociación Española para el Progreso de la Ciencia y la Sociedad Española de Biología. En todas ellas mantuvo una actividad muy viva y colaboró en sus órganos de dirección.
José Gómez Ocaña fue el primer académico e investigador español que participó activamente en la organización de reuniones científicas de carácter internacional. Sus antecesores y contemporáneos apenas habían desarrollado una investigación fisiológica original y compatibilizaban la enseñanza de la fisiología con la práctica clínica, absolutamente al margen de la investigación internacional. Gómez Ocaña modificó sustancialmente este estereotipo. La mera revisión de los congresos internacionales de Fisiología celebrados en varios lugares de Europa a lo largo del siglo xix demuestra la ausencia de fisiólogos españoles. A partir de finales de siglo, José Gómez Ocaña comenzó a asistir a estas reuniones científicas, que se celebraban con carácter trienal, como único y primer representante español. Pronto entabló relación con los más destacados científicos europeos y formó parte del comité organizador de los congresos internacionales de Fisiología celebrados en Heidelberg (1907), Viena (1910) y Groningen (1913). Sus frecuentes viajes al extranjero le permitieron entablar amistad con figuras tan relevantes de la Fisiología y de la ciencia europeas como el ruso Ivan Petrovich Pavlov, con quien llegó a unirle una buena amistad, o el francés Charles Richet, de cuyo diccionario de Fisiología fue colaborador.
Uno de los aspectos más destacables del perfil académico de Gómez Ocaña es la modernización que aportó a la docencia, al otorgar una importancia fundamental a las prácticas de laboratorio y también su labor de promoción de la investigación en las instituciones madrileñas. En esa línea, se puede afirmar que inició una nueva etapa, en la que aglutinó a un buen número de adeptos a la Fisiología experimental, que tuvo continuidad gracias al fomento de la investigación fisiológica realizado por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas a través de sus diversos laboratorios y, en particular, el de Fisiología general, promovido por Cajal y dirigido por Juan Negrín desde su fundación en 1916. Todo ello hace de Gómez Ocaña una de las piezas clave para la comprensión del giro iniciado por la Fisiología experimental en España y su definitiva institucionalización. Su constante referencia y apoyo en experiencias propias convertían sus trabajos y monografías en algo más que meros resúmenes didácticos, para alcanzar plena originalidad y en muchas ocasiones el tono característico de las revisiones experimentales. Por otra parte, sus Nuevas investigaciones sobre el tiroides (1895) constituyen uno de los más tempranos acercamientos sistemáticos que ofrece la literatura europea en torno al estudio funcional de las glándulas de secreción interna.
Entre sus trabajos originales deben destacarse los estudios sobre la localización de los centros ópticos en la corteza cerebral y los consagrados al estudio funcional del sistema nervioso autónomo, en particular de los nervios vagos. Sus trabajos sobre las consecuencias fisiológicas de las secciones practicadas sobre los nervios vagos en animales de experimentación despertaron el interés de numerosos fisiólogos, entre ellos del propio Pavlov, y aportaron nuevos datos a las posteriores indagaciones sobre su función en los mecanismos de regulación funcional del sistema nervioso vegetativo.
Sus últimas investigaciones estuvieron dedicadas a analizar la función fisiológica de los iones de calcio, sodio, magnesio y potasio en el metabolismo celular. Los resultados que obtuvo merecieron el reconocimiento internacional, al ser presentados en diversas conferencias y congresos científicos. Tal vez por eso, su colega y amigo Charles Richet le encargó la redacción del artículo correspondiente al magnesio de su famoso Dictionnaire de Physiologie (1895-1923).
La mayoría de sus trabajos otorgaba una gran importancia a los procedimientos técnicos encaminados a facilitar la observación directa de los fenómenos y a facilitar el registro gráfico de las funciones. Ese esquema lo aplicó al estudio de las contracciones cardíacas y también a las convulsiones musculares, y esa orientación le llevó a interesarse por la incorporación de nuevas técnicas de investigación y aparatos dedicados al registro funcional. Fue la necesidad de conseguir aplicaciones concretas la que le llevó a diseñar un nuevo modelo de cardiógrafo y otro de miógrafo, que utilizó con éxito en sus experimentos con animales. Menos frecuente fue su aproximación a las técnicas de análisis químico, aunque a medida que creció su interés por la endocrinología y por el estudio del metabolismo de los iones tuvo que recurrir también a la química fisiológica.
La última etapa de su vida desveló nuevas facetas de una biografía que anteriormente había estado volcada al trabajo experimental de laboratorio. En 1914 fue elegido senador en representación de la Universidad de Madrid, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1919. Sin embargo, en muy contadas ocasiones tuvo una participación activa de primera fila en los asuntos políticos. De mentalidad progresista, José Gómez Ocaña militó entre las filas liberales, primero en la fracción encabezada por García Prieto y más tarde en la del conde de Romanones. El interés que desde su juventud había conservado por la historia, el arte y la literatura le hicieron acercarse a numerosos temas relacionados con la cultura, que fueron objeto de sus discursos académicos y de pequeñas publicaciones ocasionales, e incluso llegó a publicar diversos trabajos sobre la obra literaria de Miguel de Cervantes, alguno de ellos traducido al francés.
La principal síntesis de su obra y de su pensamiento fisiológico, es decir, de su ubicación histórica como científico, se encuentra en su gran tratado sobre la Fisiología humana teórica y experimental, que se editó sucesivamente en 1896, 1900, 1904, 1905 y en 1915. Fue el libro de texto español de Fisiología más difundido y representa una síntesis bien actualizada del pensamiento fisiológico de su tiempo.
Obras de ~: La muerte como consecuencia de la sección de los pneumogástricos del cuello, Madrid, s. f.; “Una pequeña contribución para la fisiología de los ganglios automotores cardiacos”, en Crónica Médica, 16 (1893), págs. 737‑739; Fisiología de la circulación en el organismo humano, con aplicaciones a la patología y a la terapéutica, Madrid, 1893; “Demostración experimental de los centros visuales del cerebro”, en Anales de la Real Academia de Medicina, 14 (1894), págs. 365‑378; “La fisiología moderna ante la doctrina individualista del doctor Letamendi”, en Revista de Medicina de Sevilla, 23 (1894), págs. 376-379; Tratado de fisiología de la circulación, Cádiz, 1894; Fisiología del cerebro, Madrid, Imprenta de los Huérfanos, 1894; “Gobierno nervioso de la nutrición”, en Revista de Medicina y Cirugía Práctica, 35 (1895), pág. 129; “Secreciones internas. Lecciones de fisiología explicadas en la Facultad de Medicina de Madrid”, en El Siglo Médico, 42 (1895), págs. 84‑86 y 99‑101; Nuevas investigaciones sobre el tiroides y la medicación tiroidea, Madrid, 1895; “Comunicación con motivo de algunos experimentos sobre los centros visuales del cerebro en los perros”, en Anales de la Real Academia de Medicina, 15 (1895), págs. 343-352; Algunos experimentos sobre los centros nerviosos normales del cerebro de los perros [Madrid], 1895; Fisiología humana teórica y experimental, Madrid, Imprenta y Litografía Asilo de Huérfanos, 1896 [reeds. en 1900, 1904, 1905 y 1915]; Función dinamógena de las cápsulas suprarrenales, Madrid, 1897; Funciones del fósforo en la nutrición del hombre, Madrid, Imprenta de hijos de F. García, 1897; Bosquejo de una nueva teoría de la visión [Madrid], 1898; “Discurso sobre las localizaciones ópticas cerebrales”, en Anales de la Real Academia de Medicina, 18 (1898), págs. 234-239; Nuevas y viejas hipótesis sobre el aparato tiroideo, Madrid, Idamor Moreno, 1899; Historia clínica de Cervantes, Madrid, 1899; La vida en España. Discurso de recepción en la Real Academia de Medicina, Granada, Imprenta Escuelas del Ave-María, 1900; Vida de Cervantes, Madrid, 1912; El autor del Quijote. Antecedentes de un genio, Madrid, 1914; La invención del Quijote, Madrid, 1916; Notas autobiográficas, Madrid, 1917; El sexo, el hominismo y la natalidad, Madrid, 1919.